Mis compañeros y amigos

Se me olvidaba una parte importante de mi vida en Delhi, mis compañeros de piso!! Hasta me ruborizo por el descuido...

Iker y Javie tienen mucha culpa de mi fácil adaptación a India. Ellos me cuidan!

Bienvenidos!!

Mi hermana y Pablo han venido de visita. En dos meses aquí me había acostumbrado a ver muchas cosas y ellos me recuerdan lo especial que es esto de vivir en Delhi.



Pablo, Elena, yo, Juan y Bea. Amigos del IVEX, el ICEX valeciano. El Red Fort (Lal Quila) es el palacio que construyó el quinto emperador mongol de la India, Shah Jahan (1628-1658), cuando trasladó la capital del país a Delhi. Sus murallas son de arenisca roja y por dentro todo los edificios son de refrescante mármol.

Jama Masjid, la mezquita más grande de la India. El atuendo te lo dan a la entrada para tapar todo indicio de carnalidad. El paseo desde el Lal Quila hasta la mezquita por las enrevesadas calles de trazado musulmán es bastante auténtico.

Pablo de copiloto en el rishaw. Se nos olvidó la mochila ahí pero la policía nos llamó para devolvérnosla. Estaba todo menos el dinero. Una primera lección hindú: desprenderse de los bienes materiales :)

Hawai, Bombai...

Siempre pensé que Bombai era una isla debido a que Mecano la relacionaba con Hawai... Pero no, es una península, con mucho terreno ganado al mar, como Cádiz.

El Hotel Taj Majal, ya no presenta desperfectos por los atentados del pasado noviembre.

Mumbai, el nuevo nombre de Bombai, es una ciudad mucho más moderna que Delhi. Tiene aceras para pasear por las calles, bares para tomar cerveza y gente con vestimentas mucho más occidentales. Delhi a su lado se queda en pueblo. De hecho, Delhi nació de la unión de siete diferentes ciudades y aún le queda la silueta de esta anárquica fusión. No hay grandes edificios, ni grandes carreteras, ni grandes alumbrados, en Mumbai sí!

Aprovechamos para ir a ver la Isla de la Elefanta. Un agradable paseo en barco, como el Vaporcito, aunque las cuevas de allá no tenían nada que ver con las de Ajanta y Ellora. Se recomienda no ir si ya se conocen las anteriores.

Unas mujeres caminan por la Isla de la Elefanta.



Un mono comiendo patatas fritas.

La India desde dentro

La cueva número 2 de Ajanta

Las cuevas de Ajanta y Ellora son Patrimonio Cultural de la Humanidad. Vestigjos maravilloso de las culturas y religiones que albergaron estos lugares. En Ajanta, nuestra primera parada, se observan templos budistas recubiertos de hermosas pinturas que han sido capaces de sobrevivir el paso de los años. Nos contó el guía que en vez de usar velas dentro de las cuevas para alumbrarse usaban el agua como espejo. Debía ser un espectáculo increíble verlos pintar allí.

Una cueva de Ajanta. Guio, Elena y Bibi mis compañeras de aventura.

Las cuevas de Ellora me impresionaron más que las de Ajanta. En esta escarpada ladera cuevas budistas, hinduistas y jainistas conviven en cordial sintonía, escondiendo en su interior increíbles esculturas. Parece imposible que alguien haya sido capaz de labrar con sus propias manos esos gigantes elefantes, budas y templos con escaleras y ventanales.

Me figuro a los indios como hormiguitas esculpiendo generación tras generación.

Las cuevas de Ajanta datan de 200 al 650 después de Cristo, aunque fueron descubierta por los británicos en el siglo XIX. Las cuevas de Ellora no han dejado de ser nunca un lugar de culto para los lugareños, las excavaciones datan de 350 al 700 después de Cristo.

Recomendación: El hotel Kailas a pie de entrada de las cuevas de Ellora es un lugar cómodo, barato y bonito para pernoctar, madrugar y visitar temprano las cuevas antes de que el calor empiece a evaporar las ganas de seguir caminando.

De uno en uno

Lo mejor de la India les encanta que les hagan fotos.

¿Podría haber algo mejor en el país de los colores?

Un niño muy pesado

Un niño ciego

Foto de familia

Estábamos en un templo sigh al lado de Connaught Place, el que os hablé el otro día. Ésta es una foto del techo.

Mumbai, por poner un ejemplo

Los miras, les sonríes, les regalas un boli y te los comes a besos.

Después vuelves a casa pensando si te habrán pegado piojos, o algo peor...

Un trozo de cielo

El sábado encontramos una piscina olímpica limpia y sin mucha gente, cerca de casa.

Viajar, una forma de mirar

Con 40 grados a la sombra lo de hacer turismo se torna una hazaña grandilocuente.

La tumba del emperador mongol Humayun bien lo merece! Se parece mucho al Taj Majal, con menos aglomeraciones.

¿Cuántos kilómetros hay que recorrer para viajar a alguna parte?

La tumba de Ghandi

La tumba de Ghandi me gusta mucho porque está construída en el centro de un gran parque verde y arbolado. Un remanso de tranquilidad y de frescura. Además, la arquitectura del edificio que te obliga a rodear la tumba antes de bajar las escaleras me pareció muy interesante. Mis amigos arquitectos podrán explicarlo mejor, ¡animaos a comentar!

Un paseo por Hauz Khas

Los ciervos del parque, por dónde suelo ir a correr por las mañanas.

The Coffee and Kitchen, un bar para comer bien y beber cerveza (los miércoles y sábados). Música en directo los fines de semana. Un reducto de modernidad en Delhi.

Niños recogiendo ramas

La antigua madraza

Deporte nacional

El criquet, deporte nacional

Que se lo digan a mi vecino... los fines de semana para entrar en casa tengo que esquivar sus lanzamientos...

Jugando a las casitas

Rezos

Un templo sigh al lado de CP (Connaugh Place).

Y se fueron a Calcuta

Una compañera me comentaba el otro día que Calcuta se parecía a Cádiz por su aire decadente, reminiscencias de ciudades gloriosas que un día fueron...
Yo no les encuentro el parecido.

Rishaw humanos. Afortunadamente, a punto de extinción. El ayuntamiento quiere prohibirlos por el aspecto miserable que proporcionan a la ciudad.

El tranvía, Asís y Bibiana.

En cualquier ciudad de la India llama la atención la cantidad de gente que hay por las calles viendo pasar el tiempo, sin hacer nada.

Niño lavado a la piedra. En la India es muy habitual lavar los platos con arena, como antaño se hacía en España. Por lo visto, también algunas personas se apuntan al lavado a la piedra. Parece que a este chiquillo le gustó la exfoliación.

Marble House, dónde vive el nieto del marajá de Calcuta, que tuvimos el placer de conocer. Es una casa palacio particular, pero abierta al público como museo. Se pueden pedir las entradas en la oficina de turismo o sobornar al portero (100 rupis por cabeza= 1,5 euro y te ahorras el paseo). No se pueden hacer fotos. Este es un robado desde la entrada. En la arquitectura y demás joyas del interior, puede observarse la buena relación que procesaban el marajá y los gobernantes ingleses.

Mercado de las flores, bastante menos glamuroso que el de Amsterdam. Mucho amarillo, mucho naranja. Ni las mil toneladas de aromas son capaces de transformar la verdadera esencia de esta ciudad un tanto sucia.


La hora de la comida, parece La Habana.

Victoria Memorial. Un bonito museo.

La tumba de la Madre Teresa, arriba su pequeña habitación de austera simplicidad. Tampoco se permiten las fotos.

Amristar

La capital de los sigh, dónde construyeron el templo dorado, rodeado de agua. Un lugar fascinante dónde percibir la esencia de la vida real en India.

Los sigh son una religión, derivada del hinduismo. Físicamente, son fácilmente identificables porque no se cortan el pelo, ni las uñas y llevan turbantes. Creen en un Dios que es a la vez todos los dioses. Gurmit, mi anterior casero, un gran orador amante de los soliloquios, utiliza una bonita metáfora "las religiones son como los ríos, que van a parar al mismo mar que es el Dios que todo lo gobierna".

Los sigh provienen además de castas de guerreros, por lo que suelen ser hombres corpulentos y siempre llevan un cuchillo. De hecho, en los aeropuertos les permiten pasar con él.

Uno de los guardias del templo.

Viajando en camión. Menos mal que llevan cinturón!
Un peluquero, fumando espera a que llegue la clientela

Recomendaciones. Desde Delhi se puede viajar en tren cama, es cómodo y barato.

Se puede dormir en el interior del templo dorado, tienen una zona especial para occidentales. Sólo piden la voluntad. La mayoría de los indios duermen en el suelo del templo, pero los extranjeros pueden disfrutar de una cama.

Mis primeras lecciones de hindi

Hoy ha sido mi primera semana de clases de hindi. En pocas horas he podido reflexionar sobre lo intrínsecamente relacionado que está el lenguaje con la forma de pensar de una sociedad. Dos aspectos me han llamado especialmente la atención.

Primero, no diferencian el pasado del futuro. Sólo existen los conceptos: Hoy (Aaj) y el mañana o el ayer que se designan con la misma palabra (Kal). Se entiende el significado por el contexto.

Otro punto, muy curioso de mis primeras lecciones es que los verbos tienen varias formas de infinitivo. Una muy formal, para referirte a tu jefe por ejemplo, y otra más vulgar para hablar con personas que estén a tu nivel o más abajo. Asímismo, el pronombre Tu tiene varias opciones. Tu formal (Aap), Tu informal (Tum) y Tu (muy muy informal, que el profesor Rajendra nos ha recomendado que no usemos, pero que hay gente que lo utiliza para referirse a personas de castas muy bajas o para llamar a sus perros. Esto da una idea del arraigo del concepto de jerarquía en la sociedad india. Las castas se abolieron, pero culturalmente siguen existiendo.

Me encantan mis clases de hindi. La escuela se llama HindiGuru y mis compañeros son un americano, uno de Arabia Saudí, una alemana y una sudafricana. Así, también aprendo inglés.

Malviya Nagar

La farmacia

La frutería

El taller de bicicletas

Los recreativos

La hamburguesería
(la simple 5 rupias, menos de 8 céntimos)

Por fin!

Dos meses esperando mi visado. Por fin llegué a la India!