martes, 5 de mayo de 2009

Darjeeling

Darjeeling es la capital del té, dónde se cultiva la mejor infusión del país que se exporta a todo el mundo. Es un pueblecito pequeño dónde se refugiaban los ingleses del calor de Calcuta, de hecho parece un pueblo suizo con casas de colores de corte colonial, rodeado de altas montañas. Uno de los grandes atractivos de la zona es vislumbrar el Khangchendzonga (8.598 metros), la cima más alta de la India, pero aunque el tiempo esté nublado, como nos ocurrió a nosotros, el lugar es siempre un buen refugio del asfixiante bochorno de Delhi. En la capital hacía 40 grados y en este área alrededor de 20. Una gozada.






Los campos de té son extensos, sin embargo las tiendas dónde venden esta exquisita bebida se cuentan con los dedos de una mano. La mayor parte de la producción se exporta.





Un monje reza en la mañana en un monasterio budista, entre Darjeeling y Ghoom. Es precioso escuchar la campana y el susurro de sus oraciones.



Como siempre al viajar lo más importante es con quién compartes el paisaje. Así que la excursión fue inmejorable.



*Recomendación: La visita a la Colina del Tigre para ver amanecer se ha convertido en un espectáculo turístico, carente de atractivo y sobre todo de tranquilidad. Te cobran por observar el hecho natural de ver ponerse el sol sobre las montañas. Seguramente el levantarnos a las cuatro de la mañana y que estuviera nublado ha influido en la decepcionante impresión que me dio este lugar, pero como dice Saramago, el paisaje es un estado de ánimo... O como transmite el dicho popular cada uno cuenta la feria como le fue...

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