La iglesia dónde estuvo enterrado Vasco de Gama, el primero que navegó directamente de Europa a India.La verdad es que viajar por la India con mis padres ha sido una experiencia de lo más enriquecedora. Contra todo pronóstico, creo que hasta a mi madre le está gustando esto. La travesía por los canales de Kerala ha sido de lo más auténtica, viajar por los backwater por en medio de la selva y observar la vida en los pueblos pesqueros me encantó. Las redes chinas, extrañas artimañas con la que aún hoy pescan algunos pescadores, son piezas de museo y la cantidad de niños que cada mañana se dirigen al colegio perfectamente uniformados es la imagen de un futuro muy prometedor para la India. Dice mi padre que esto es lo que más le ha gustado de lo que ha visto, las ristras de adolescentes pulcros y educados. Aunque lamentablemente no toda la India es así.
Nuestro barco, un antiguo arrocero que nos llevó de Allepey a Kollam durante casi dos días de navegación.
Un barco pesquero atracado, en uno de los canales. Un barquito desde el que estaban cogiendo almejas. La vela me recuerda a los antiguos barcos chinos. Lo que más me gustó del paseo en barco es que tuvimos tiempo para descansar y hablar tranquilamente. Los pescadores cargando el pescado con hielo en los camiones, directos al mercado. Unos pescadores, parecen piratas malayos. Comiendo pescaito frito comprado en el mercado y llevado a un bar para que nos lo cocinasen, Fort Kochi.
Una simpática pareja, compañeros de barca del hotel a la ciudad de Kollam. A mi madre le tocó remar.Kerala es un estado comunista, dónde el 100% de la población es alfabeta. Está más limpio que otras zonas del país y sus pobladores se mueven con una parsimonia tropical que a veces parece que estás en Cuba (mi amol). Ha sido la primera vez que he viajado una semana seguida por India y obviamente es una forma mucho más recomendable para conocer los lugares.
El colofón al viaje lo puso la reserva natural de Neyyar dónde pudimos ver cómo cuidaban a los elefantes. Justo llegamos a la hora del baño, cuando un grupo de hombres refriegan con una cáscara de coco la ardua piel de los paquidermos. Luego les dieron de comer arroz y de beber agua del pozo.
Un mahut que parece domador de tigres. El elefante era el más viejo de la reserva y tenía muy mala leche. Había que apartarse unos metros para dejarlo pasar. Los cuidadores van todos con dothis, el traje regional del que 100% seguro vendrá la palabra Dodoti.
Los cuidadores refriegan la piel del elefante, él parece que disfruta del baño.
No pude resistir la tentación de volver a montar en elefante. Esta vez más incómodo porque íbamos a horcajadas.